El sentido del tacto es el primer sentido que se desarrolla en los bebés, y el masaje infantil una forma de comunicarnos con ellos a través del lenguaje no verbal, que nos permite el contacto a través de la piel.
Gracias al masaje infantil podemos aprender a detectar algunas de sus señales, incluso a distinguir los diferentes tipos de llanto.
El origen del masaje surge en la India, a través de Vimala Schenider como una de las autoras que lo describe y explica, y se lleva realizando desde hace muchos años. Tal como indica Vimala, este masaje ayuda a fomentar el vínculo entre los bebés y sus padres, fomentando el apego, y creando e integrando los valores familiares en nuestra cultura.
¿Cómo se desarrolla el sentido del tacto en los bebés?
El sentido del tacto ya aparece en los bebés a partir de las 8 semanas aproximadamente de embarazo. Es el primer sentido que se desarrolla, y tiene mucha importancia por la información que recibimos a partir de él y la conexión que nos proporciona con el mundo exterior.
Los seres humanos necesitamos el sentido del tacto por el apego y contacto que proporciona, que a su vez nos muestra protección y seguridad.
¿Qué beneficios tiene el masaje infantil para los bebés?
Ayuda a fomentar el vínculo y el apego seguro con sus progenitores.
Ayuda a establecer una comunicación verbal y no verbal con el bebé, para detectar sus necesidades y lo que quiere transmitirnos.
Ayuda a la relajación de los bebés y mejora los patrones del sueño.
Estimula los músculos y la circulación.
Favorece las conexiones neuronales del sistema nervioso.
Ayuda a relajar el sistema digestivo y mejora los cólicos del lactante.
¿Qué beneficios tiene para la persona adulta?
Es un momento en el que estamos dedicando toda nuestra atención y cariño a nuestro bebé.
Mediante el masaje no sólo está la madre con el bebé si no que la otra parte de la pareja también puede tener su momento de exclusividad con el bebé.
También puede ser positivo para involucrar a los hermano/as, que pueden participar haciendo ellos otro masaje a algún muñeco o participar en el masaje del bebé.
Aprendemos a conocer mejor a nuestro bebé, sus señales, y esto hace que aumente la autoestima y confianza propia en el cuidado.
Reduce nuestro estrés y proporciona relajación, mejor descanso.
Algunas claves para comenzar a realizarlo
La forma de empezar suele ser poniéndonos aceite natural en la mano y calentándolo un poco mientras lo repartimos en las dos manos.
Aconsejamos “pedir permiso” al bebé para comenzar, enseñándole las manos y viendo si está dispuesto a que le hagamos el masaje ahora, respetando si no está en el momento adecuado, porque puede tener hambre, sueño, y no sentirse a gusto ahora. Siempre ha de ser una experiencia positiva para ellos, para que lo asocien a algo agradable.
Es importante que se realice cuando el bebé esté tranquilo y quiera, para fomentar que el masaje sea tranquilo.
Mientras hacemos el masaje es bueno ir hablándole al bebé y estimulando así el lenguaje, sonriendo y comunicarnos con él a través de la mirada.
Podemos masajear los brazos y manitas del bebé, haciendo círculos entre las dos manos, también masajear el tórax de arriba a abajo, el abdomen, las piernas y los pies. En el abdomen es bueno realizar el masaje en el sentido de las agujas del reloj, ya que es el sentido anatómico del intestino, y esto ayuda a eliminar mejor los gases.
Cada bebé puede tener unas preferencias en el masaje y poco a poco iréis descubriendo cuáles son las señales de vuestro bebé.
Os animamos a realizarlo y disfrutar de este momento tan especial con vuestro bebé.
Y recordad, cualquier duda que os surja podéis trasmitírnosla solicitando una consulta online.
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